Top 5 de Tips de Supervivencia en el Servicio Militar
5 mentadas de madre L8 estaba online Y escribiendo esto a las 11:02 p.m.Hace muchos años que no me ponía un propósito de año nuevo. O, mejor aún, me proponía no proponerme propósitos para el año siguiente (huevon, si, pero preguntenme cuantas veces fallé en cumplir el mentado propósito).
Pues bien, este año me propuse no saludar a la bandera, y para el 2008 cantar el himno nacional con acento gringo, sin importar que me pongan a cantarlo en un micrófono. La razón: el Servicio Militar que ponen en México a los jovenes de 18 años para obtener la cartilla militar. Creo profundamente que, de todos los ejércitos en el mundo, el mexicano no es presisamente el más activo bélicamente hablando (eso si, hay que reconocer el plan DN-III). No me importa lo antipatriótico que suene: al igual que pasa con los Testigos de Jehová, esto es una forma física de mostrar mi credo.
Basandome en tan 'horrible' experiencia (es horrible despertarse a las 6 a.m. los sábados por la mañana durante 10 meses, y eso nadie me lo puede negar) aquí les va, al fin, el primer Top 5 de este blog. Por favor, compártanlo con quienes ustedes sepan que van a hacer el Servicio en México. Y si por alguna extraña razón estan despiertos a la 7:45 a.m. y no estan en el SMN, no duden en ir a reirse de los que si lo estan a su cuartel más cercano. Ellos entenderán...
Recurre al mochilazo.
Además del uniforme exigido (y una buena capa de bloqueador solar en la piel), lleva a partir de la 2ª semana una mochila con un bote de agua fría y, si sudas facilmente, una toalla pequeña. Adivina por que.
Comprate uno de estos.
Si piensas darle el avión a tus superiores y darte el lujo de no hacerles caso, vete inscribiendo a un gimnasio. Y si no, también. Los sargentos segundos tienen la macabra idea de que la solución a toda "indisiplina" son las lagartijas. Para que despues no te quejes de que todos los remedios caseros de tu familia incluyen crema para hemorroides y limón.
Estad atentos, porque nadie sabe ni el día ni la hora.
Gran parte de los militares presentan exámenes anuales para subir de rango. Es posible, por tanto, que un batallón sustituto venga a cuidar el lugar y tomar cargo durante 3 o 4 semanas. Esto tiene los mismos pros y contras que un maestro sustituto en la escuela.
Dime vaquero. Digo, sargento.
Aprenderte los grados militares te puede ahorrar un disgusto: según la legislación militar todo inferior al dirigirse a un superior debe anteponer el posesivo 'mi' al título de empleo que este tenga. Dicho de otro modo, dirígete con respeto o puedes meterte en problemas de jurisdicción militar (gulp). Puedes memoriarte las insignas distintivas de los grados militares en México usando este acordeón ilustrado (que, por cierto, también pueden servirte como tema de conversación al fanfarronear con una chica) o puedes disimular tu Alzheimer juvenil llamando 'Mi comandante' a todo rango superior al soldado razo.
Usa la fuerza.
Decide desde antes de ir por primera vez si vas a desertar o no y apégate a tu desisión. Si te decidiste por ambas (?) aprovecha tus habilidades: habrá veces en que los militares buscarán "un rotulista" (un pintor de brocha gorda que pueda escribir letras en una pared o manta), "un ingeniero en sistemas" (alguien que sepa decirles que la computadora esta lenta por el antivirus) o, peor aún, un "botánico" (alguien que sepa hacer abono). Cuando pidan algo que sepas hacer o que sepas fingir que sabes hacer, pasa al frente y disfruta de una tarde lejos del sol.
Se podría decir que este post habla de supervivencia, top 5